Inicia a tus tus hijos en el ahorro

30 de noviembre de 2024

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Redacción Color Stereo Radio

Hablar de dinero, darle una paga y ayudarle a planificar son los primeros pasos para enseñar a ahorrar a tu hijo. Si ya es adolescente, empezará a tomar sus primeras decisiones financieras, como pagar con su tarjeta o hacer bizum. Con Portucuenta, la banca digital de Ibercaja para padres e hijos, aprenderá a gestionar su dinero bajo tu supervisión.

El ahorro suele ser un tema de conversación recurrente entre los adultos, pero quizá no tanto entre los niños o los adolescentes. Sin embargo, es importante que las familias vayan inculcando el hábito del ahorro desde que son pequeños. Pero, ¿cómo enseñar a tu hijo a ahorrar? Partiendo de la tradicional paga y con la ayuda de herramientas digitales, puedes animarle a guardar cantidades proporcionales a sus ingresos y ayudarle a estructurar gastos y evitar los innecesarios.

La cultura financiera es necesaria y le será de gran utilidad tanto en el presente como en el futuro. Adquirir conocimientos económicos desde una edad temprana sentará las bases para algo imprescindible en la edad adulta: el ahorro.

Para favorecer esa enseñanza, Ibercaja ofrece una serie de recomendaciones para ayudar a padres a que sus hijos adquieran este hábito. Y para familiarizarse con la banca digital ha puesto en marcha Portucuenta, un servicio que permite a los jóvenes de entre 14 y 17 años realizar sus primeras operaciones bancarias como pagar con tarjeta o hacer bizum, siempre bajo la supervisión de sus padres. Eso servirá para que los jóvenes vayan sumando habilidades y adquiriendo autonomía mientras los padres les acompañan.

La importancia de empezar a ahorrar desde pequeños

Niños y adolescentes desconocen en muchas ocasiones la situación financiera de la familia. Evitar que se convierta en un tabú es necesario. La palabra ahorro no debe ser un término negativo, no es un sacrificio sino un paso para lograr los objetivos marcados. De ahí la importancia de hablar del dinero con naturalidad; es recomendable que los jóvenes vayan incorporando a su vocabulario palabras como beneficio, pérdida, finanza, deuda, interés o déficit. Les serán muy útiles cuando sean mayores.

Es esencial también ponerse una meta, la del ahorro. Hay diversos métodos; uno de ellos, el más conocido, es el de las cuatro huchas, ideado por el empresario Harv Eker, que consiste en dividir los ingresos en cuatro categorías:

  • obligatorios (teléfono o una excursión del instituto)
  • ahorro
  • ocio (salida al cine o encuentro con amigos)
  • solidaridad (favorecerá la conciencia social)

¿Es necesaria la paga?

La respuesta es sí si quieres enseñar a tu hijo a gestionar su dinero. Para ahorrar es necesario ingresar y la fórmula más sencilla para un niño o adolescente es la de recibir una paga. ¿Cuánto? ¿Cuándo? ¿Para qué? Estas son otras de las preguntas que se hacen los padres cuando se aborda este tema en casa.

El ahorro suele ser un tema de conversación recurrente entre los adultos, pero quizá no tanto entre los niños o los adolescentes. Sin embargo, es importante que las familias vayan inculcando el hábito del ahorro desde que son pequeños. Pero, ¿cómo enseñar a tu hijo a ahorrar? Partiendo de la tradicional paga y con la ayuda de herramientas digitales, puedes animarle a guardar cantidades proporcionales a sus ingresos y ayudarle a estructurar gastos y evitar los innecesarios.

La cultura financiera es necesaria y le será de gran utilidad tanto en el presente como en el futuro. Adquirir conocimientos económicos desde una edad temprana sentará las bases para algo imprescindible en la edad adulta: el ahorro.

Para favorecer esa enseñanza, Ibercaja ofrece una serie de recomendaciones para ayudar a padres a que sus hijos adquieran este hábito. Y para familiarizarse con la banca digital ha puesto en marcha Portucuenta, un servicio que permite a los jóvenes de entre 14 y 17 años realizar sus primeras operaciones bancarias como pagar con tarjeta o hacer bizum, siempre bajo la supervisión de sus padres. Eso servirá para que los jóvenes vayan sumando habilidades y adquiriendo autonomía mientras los padres les acompañan.

La importancia de empezar a ahorrar desde pequeños

Niños y adolescentes desconocen en muchas ocasiones la situación financiera de la familia. Evitar que se convierta en un tabú es necesario. La palabra ahorro no debe ser un término negativo, no es un sacrificio sino un paso para lograr los objetivos marcados. De ahí la importancia de hablar del dinero con naturalidad; es recomendable que los jóvenes vayan incorporando a su vocabulario palabras como beneficio, pérdida, finanza, deuda, interés o déficit. Les serán muy útiles cuando sean mayores.

Es esencial también ponerse una meta, la del ahorro. Hay diversos métodos; uno de ellos, el más conocido, es el de las cuatro huchas, ideado por el empresario Harv Eker, que consiste en dividir los ingresos en cuatro categorías:

  • obligatorios (teléfono o una excursión del instituto)
  • ahorro
  • ocio (salida al cine o encuentro con amigos)
  • solidaridad (favorecerá la conciencia social)

¿Es necesaria la paga?

La respuesta es sí si quieres enseñar a tu hijo a gestionar su dinero. Para ahorrar es necesario ingresar y la fórmula más sencilla para un niño o adolescente es la de recibir una paga. ¿Cuánto? ¿Cuándo? ¿Para qué? Estas son otras de las preguntas que se hacen los padres cuando se aborda este tema en casa.

Más de la mitad de las familias da una asignación periódica a los hijos con un objetivo, que “aprendan a manejar y valorar el dinero”, según la Encuesta Funcas 2024 sobre Cultura y Educación Financieras. Otro informe de la misma entidad señala que la paga es uno de los instrumentos más valiosos de educación financiera para los menores, pero apenas la dan el 14% de las familias con niños en Primaria. Eso sí, esta cifra crece con la edad de los chavales.

Ventajas e inconvenientes de la paga

Los expertos consideran necesaria esa asignación porque les ayuda a tomar conciencia del valor del dinero y de las bondades de la planificación económica.

Tener una paga es beneficioso porque:

  • Tu hijo aprende a gestionar el dinero y es consciente de la dificultad de ahorrarlo.
  • Fomenta la autonomía y la toma de decisiones.
  • Ayuda a organizarse y a aprender qué son los “gastos hormiga” (aquellos que son diarios, pequeños pero no planificados).

La entrega de una asignación periódica también puede generar dudas:

  • Existe el riesgo de que desaparezca la idea de esfuerzo.
  • No todas las familias pueden darla.
  • Puede provocar inseguridad entre los progenitores porque duden de la capacidad de administración de sus hijos.

Llegado este momento, otras cuestiones clave son a qué edad empezar a darles la paga, cuánto y con qué frecuencia.

Aquí tampoco hay una fórmula exacta. La asignación semanal media a los jóvenes de ESO es de 14,5 euros, según Funcas. Otras estadísticas señalan que en España lo más común es de 3 euros semanales hasta los 10 años, de entre 4 y 8 euros hasta los 14; de unos 10 euros, hasta los 16; y de 15 a 20 euros hasta la mayoría de edad.

En cuanto a la periodicidad, a más espacio entre paga y paga, mayor necesidad de aprender a gestionar el dinero y, por lo tanto, más complicado. Por ello, se recomienda una frecuencia semanal si el niño es pequeño y mensual cuando se va haciendo mayor. Al fin y al cabo, cuando sea adulto cobrará cada mes.

Portucuenta, la banca digital de Ibercaja para padres e hijos

Si un niño recibe sus primeras pagas en metálico, le resultará más sencillo saber cuánto recibe y cuánto gasta. En el caso de los adolescentes, ya pueden recibir la paga directamente en su cuenta o tarjeta.

En este último caso, es de gran utilidad contar con un servicio como Portucuenta, la banca digital de Ibercaja para padres e hijos.

Es un servicio destinado a familias con hijos de entre 14 y 17 años que ofrece libertad a los adolescentes y tranquilidad a los padres. ¿Qué posibilidades ofrece? A los hijos les permite realizar desde su cuenta sus primeras operaciones bancarias, trasferencias, hacer bizum o pagar con tarjeta, siempre bajo la supervisión de sus padres. El progenitor podrá administrar los permisos para el uso de cuentas y tarjetas por parte de los hijos y adaptar la configuración a cada uno de ellos, pudiendo fijar importes máximos, las operaciones que pueden realizar o cuánto pueden gastar, así como recibir alertas para estar al tanto de los movimientos, siempre con la confianza de estar en un entorno digital seguro.