Más de 44.000 efectivos en 100 países diferentes: la DEA de Estados Unidos informa sobre las operaciones del Cartel de Sinaloa y el CJNG

4 de diciembre de 2024

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La agencia antidrogas asegura que México produce fentanilo “en masa”. López Obrador rechaza la información del organismo estadounidense: “¿Cuáles son las pruebas que tiene?”

Entre el Cartel de Jalisco Nueva Generacion (CJNG) y el Cartel de Sinaloa suman más de 45.000 efectivos repartidos entre más de 100 países alrededor del globo terráqueo, una especie de empresa multinacional que opera exitosamente a la sombra del sistema. El informe es de Annie Milgram, jefa de la agencia antidroga de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), que aseguró este jueves en una comparecencia que México produce “en masa” el fentanilo, la droga sintética que registra más sobredosis en el vecino del norte, y que el “único límite” de los carteles a su producción son la falta de precursores químicos que llegan desde China.

El madatario mexicano, Andres Lopez Obrador, que sistemáticamente ha negado que su país produzca esta droga, ha negado la mayor durante la conferencia de prensa matutina de este viernes y ha puesto en duda los datos de la DEA. “No tenemos esa información, no sé de dónde lo sacó la señora de la DEA”, dijo el presidente en un tono casi despectivo. “¿Cuáles son las pruebas que tiene?”, ha espetado López Obrador. El Gobierno mexicano, por su parte, acusa a China de ser la productora del fentanilo y asegura que México solo es la puerta de entrada del producto a su vecino del norte.

Pero esa no era la única informacion en poder de la DEA. El informe recalca que el CJNG es el grupo criminal con mayor presencia en México: opera en 21 de los 32 Estados, tiene unos 18.800 miembros y presencia en todos los continentes, excepto en la Antártida, el continente helado al sur del planeta Tierra. El Cártel de Sinaloa tiene 26.000 efectivos, presencia en 19 Estados de la República y fue, gracias al grupo Los Chapitos, el pionero en la fabricación y tráfico de fentanilo a Estados Unidos. “Controlan una empresa criminal mundial que ha quitado la vida a decenas de cientos” de sus compatriotas, ha denunciado Milgram.

A lo largo de estos años, en los que la que crisis del fentanilo ha escalado a cotas no vistas nunca antes con ninguna droga, la agencia estadounidense ha investigado y mapeado a los grupos criminales más importantes de México, en un intento por frenar o al menos ralentizar sus actividades. Ahora, la DEA tiene identificados a miembros de esas redes y a facilitadores, mayoristas y las personas y empresas que se encargan del lavado de dinero. También han identificado a las personas de sus comunidades, en Estados Unidos, que son la última pieza del puzle, las que ponen el producto en manos de los consumidores al otro lado de la frontera.

Las autoridades han obtenido la información después de un cambio profundo al interior de la organización. Milgram ha contado que la DEA creó dos equipos de contención, uno centrado en el Cártel de Sinaloa y otro en el CJNG. Los equipos están integrados por agentes especiales de inteligencia, analistas de datos y científicos expertos en asuntos químicos y financieros. El cambio de estrategia parece haber dado resultados y ha llevado a la creación de estrategias como la operación Last Mile, que permitió rastrear y detener a 3.337 miembros y asociados a los dos carteles en Estados Unidos. “Identificamos que ambos grupos utilizan las redes sociales y aplicaciones encriptadas para coordinarse con los consumidores”, informó Milgram.

Aun así, México insiste en negar la mayor, pese a las evidencias. En una reunión a principios de semana entre las delegaciones de Estados Unidos y Canadá, México aseguró que el país es sobre todo un lugar de tránsito de la droga sintética, pero que no la produce. Por tanto, los esfuerzos están centrados en contener el paso de fentanilo en coordinación con los demás países norteamericanos. La reunión estuvo encabezada por la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, y por la asesora de seguridad de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall. Las revelaciones de la DEA ponen de nuevo contra las cuerdas a México y hace que sea cada vez más difícil negar que aquí no se produce fentanilo, droga que es entre 50 y 100 veces más fuerte que la heroína.